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viernes, 10 de octubre de 2008




Sabíamos no decirnos nada, conservando en apariencia, una amistad consolidada. Sabíamos no exigirnos mucho.Hola. ¿Qué hacés?, convidame un pucho, que me tenés abandonada. Vos con tu mochila a cuestas, yo con la excusa perfecta, para charlar de pavadas. Nos hizo un guiño san telmo, un poco de humo en el medio, y enloquecieron las miradas.